Fairy Oak

Fairy Oak

lunes, 25 de junio de 2012

If you could make a dream real...


Alguna vez, algún día
yo quisiera, aunque sé que es imposible;
fundirme con el aire, ser mota de polvo, insecto, ave,
cualquier cosa pero poder volar.
Vagar por el cielo 
sin rumbo ni destino
sin penas ni risas
nostalgias ni sueños.
Escuchar al viento, soplando en mis oídos,
sentir las gotas de lluvia rozando mi piel desnuda;
la luz del sol cegarme los ojos
las luz de las estrellas sanar mis heridas.
Dejar que sea el tiempo quien me doblegue
pero, a la vez ser libre como ninguna
cabalgar las nubes, sentirme poderosa
y a un tiempo dejarme cuidar por la luna.
Estar ahí... en todas partes 
y sin que nada ni nadie me preocupe.
Sobrevolar perezosamente la vida...
y morir al llegar al suelo.

martes, 19 de junio de 2012

Jugando al escondite, en el bosque anocheció


Juguemos al escondite
Sin normas, ni miedos
Nos adentramos en el bosque
Enorme, oscuro, espeso.
El silencio es casi palpable
El aire húmedo,
nos cala los huesos.
No hay más luz
Que la de las estrellas
La luna hoy es nueva
Nuestros ojos aquí no sirven
Los oídos engañan
Se oyen crujidos
Se oyen susurros
Nos guiamos por otros sentidos
¿Podéis olfatear el miedo?
Tocad las hojas del suelo
Saboread sentimientos
Si dejáis que el pánico os guíe
podéis daros por muertos.

Jugábamos por diversión,
Siendo niños traviesos,
nos decían que no nos adentrásemos
pero tuvimos atrevimiento.
Hasta que una vez la más pequeña desapareció
y a casa nunca más ha vuelto.
Nadie quiso creer nuestros cuentos
cuando dijimos que esa noche
la pequeña Lu actuaba extraño,
que sus ojos brillaban de forma especial
en un tono verde nada normal
que no nos escuchó cuando dijimos
<<Nos vamos>>
sino que, como hechizada,
se adentró en una laguna
diciendo seguir una música que nadie escuchaba;
cuando quisimos llevarla con nosotros 
ninguno pudo encontrarla.
En su lugar tan solo peces plateados
y una melodía cantada con su voz distorsionada.

Desde entonces nadie duerme.
Sus padres lloran, la dan por perdida.
No creen nuestra historia, nos echan la culpa.
Nosotros cada noche
salimos en su búsqueda.
Nos internamos en el bosque,
temblamos, lloramos en silencio;
buscamos a Lu, ella se esconde
oímos su voz que ríe y se burla
manchas de sangre en los árboles.
Sentimos que somos los responsables.
Pues no hicimos caso cuando nos dijeron
que el lugar lo poblaban los entes más siniestros
la rebeldía de unos pocos 
arrastró a los más pequeños
El temor de ser expulsados de un grupo 
los arrastró al infierno.

De eso hace siete años.
Y una noche cada siete meses,
inevitablemente,
desaparece el más pequeño;
tragado por el bosque,
arrastrado por sus compañeros
y solo quedan entre los árboles
gritos y burlas, risas y miedos
pero aún no hemos aprendido
y seguimos desobedeciendo.
Un espíritu llamado Lu nos anima a ser traviesos
nos atrae con canciones y juegos
y se ríe estrepitosa cuando en la laguna perecemos.





domingo, 17 de junio de 2012

El viejo que observaba amanecer en la playa.


Cada mañana llegaba a la playa, antes que ninguna otra persona. Él era quien presenciaba como el mundo aparecía cada mañana a orillas del mar. Tenía la vaga impresión de que si no lo hiciera, el sol no saldría por las mañanas ¿para qué tal derroche de belleza en un amanecer si no hay nadie ahí para verlo o apreciarlo? En su mente, inquieta aunque pausada, aquello tenía sentido.
Cada nuevo día, al preludio del alba, justo unos minutos antes de que todo el proceso diera comienzo, él se hallaba de pie como un viejo poste para los cables eléctricos, un faro sin luz, un árbol maltrecho, muerto; mirando el horizonte, con calma, esperando. Esperando a los primeros rayos de luz que serían promesa rota de la eterna madrugada.
Siempre era lo mismo pero, para él, cada vez resultaba mejor que la anterior.
Primero negritud, oscuridad, silencio solo interrumpido por el ir y venir de las olas lamiendo la arena y sus pies desnudos.  Un estado de tranquilidad innata que podía durar imperturbable durante horas. Brisa salada y fría. A veces el destello de un faro lejano.
Entonces comenzaba el caos.
A veces las gaviotas eran quienes daban el pistoletazo de salida. Sus maullidos llegaban distorsionados y chocaban contra las rocas. El cielo comenzaba a clarear, la temperatura bajaba : momento de refugiarse en su gastado chubasquero gris.
Después, las olas sonaban más fuerte. Parece increíble pero, sí, el mar sabía con certeza cuando los rayos de luz comenzaban a despuntar allí por donde la vista apenas alcanza. Y sí, el agua se rebelaba, las olas sonaban más amenazadoras, despertaban de su letargo nocturno y rugían, furiosas. Supongo que el mar se oponía a que el astro solar quitara el protagonismo a su eterna amante, la luna.
Pero el viejo y astuto Helios siempre ganaba a Selene, pues así es como ha de ser cada mañana y así es como seguirá siendo jornada tras jornada.
Entonces mira hacia arriba, hacia lo lejos y el negro empieza a fundirse, y lentamente deja paso a los colores que, impacientes, asoman más bellos que nunca, ansiosos de impresionar a su público; ingenuos, sin embargo, sin sospechar que ellos aún están durmiendo sin saber que desperdician las mejores vistas de sus vidas.
Entonces espirales de color, difuminándose, van mezclándose y dejándose paso...  Añil, rosa, morado, naranja, marrón, violeta, rojo, dorado y ... finalmente, por fin, azul... azul celeste, azul precioso, azul despejado, infinito, impertérrito, silencioso... Maravilloso.
Las aguas nerviosas se tranquilizan al notar el azul cálido en la bóveda que las cubre, vuelven a dormir placentera y pacíficamente, lamiendo tus pies desnudos, haciéndote cosquillas.
El caos se va tan rápido como ha venido, regresa la calma a la costa y el viejo respira aliviado, como cada mañana.
Las primeras siluetas de barcas a lo lejos se divisan. Se apagan los últimos faros, se despiertan los más madrugadores y comienzan a trajinar, desde la playa se les oye. Los pescadores han empezado a faenar, las gaviotas se preparan para su próximo festín.
Aqui acaba hoy mi trabajo, piensa el viejo, al menos hasta mañana. Y paseando, sin prisas, baja el camino de la playa y se dirige con pesadumbre a su vieja morada; se marcha.
Pasa desapercibido por todos con quienes se cruza de vuelta. Ingratos, se dice amargamente, no tienen ni idea de cuánto les han dado y sin pedirles nada a cambio.

viernes, 15 de junio de 2012

Sabina


"Por el boulevard de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda..."

domingo, 10 de junio de 2012

Caballos


Entonces los baremos muertos se convirtieron en caballos salvajes y cabalgando bajaron en frenesí por la senda que marcaban las cuerdas de aquella guitarra. No era un camino del todo desconocido pero si poco frecuentado y por tanto liso y seguro, pero ya se sabe que uno nunca puede fiarse del todo de la música. Las notas llovían estridentes contra ellos pero las esquivaban como si de metralla se tratasen, corrían de forma muy veloz mientras gemían pues no era poco el placer que esto les causaba. A través de la tormenta iban avanzando poco a poco, lentamente pero de forma segura; dos grandes discos solares les iluminaban en mitad de la pesada oscuridad, su luz era a veces verde botella, a veces marrón y otras no sabría describirte qué color tenían esas cristalinas pantallas, pero os aseguro que rezumaban imaginación y magnetismo.

Lentamente, las notas fueron volviéndose más discordantes, caían más despacio, eran más ligeras pero más húmedas; se convertían en lágrimas.

Los caballos relinchaban nerviosos, la senda se hacía más difícil y costosa, tropezaban con los cadáveres que quedaban esparcidos a su paso, crecían flores violetas del drama y algunas, tenían espinas, otras simplemente cantaban.

La carretera que lleva al cielo y al infierno está siempre llena de pequeños pero grandes delirios, hay que aprender a reconocerlos para no tropezarse con ellos.

Quieren llegar al final, deslizarse por los ríos turbios casi helados aunque resbalen en los charcos de sangre, quieren perder la cabeza, gritar de placer, olvidarse de lo que son y de lo que habían sido, por un momento no ser nada, solo aire, fundirse con su camino. Por un solo instante, tan solo deseaban poder desaparecer del mundo físico. Volver a ser polvo de estrellas, pero polvo al fin y al cabo.

La ruta que lleva al final de todo, acaba siempre llegándonos de una u otra manera. Atravesamos por ella, somos caballos: volamos y soñamos, sentimos, gritamos; a veces morimos bajo la metralla o ahogados por las lágrimas. Somos uno y no somos ninguno, somos todos en un solo ser independiente de sí mismo, rebelde del Destino y algo temeroso de la Muerte, en la fusión del caminante con el camino es el único breve momento en el que podemos perderle el miedo al fin de los días, la música y el viento que braman en los oídos,  las hormonas danzantes, el alma sonriente, las notas, a veces discordantes; todo eso nos ayuda a ser valientes y no acobardarse de la oscuridad total.

Y si todo eso falla, al final, siempre hay unos grandes discos luminosos, propios o ajenos, recordándonos nuestra función en la vida: ninguna. He ahí el gran secreto. Y aunque los caballos desde el principio supieron eso, que no tenía sentido alguno, no dudaron en descender a los infiernos  porque podían, porque era lo que deseaban y porque el amor, al final, es más fuerte que la tristeza.



viernes, 8 de junio de 2012

Adiós

Aquí estoy otra vez, hablando de causas perdidas.
Dijiste que me querías desnuda, aquí tienes mis prendas.
Dijiste que querías mi alma, aquí tienes mis pensamientos.
Dijiste que querías mi pasado y mi futuro,
aquí tienes mis deseos y mis recuerdos.
Dijiste que querías mi voluntad, aquí tienes mi testamento.
Me querías en tu cama, querías los cafés de madrugada, querías conmigo la última canción de los bares, 
las flores del parque, los susurros, los gritos...
Lo querías todo pero no me querías a mí.
Todo lo que querías ya lo tienes.
Di adiós a las causas perdidas, porque se van.
Nadie pretende lo que está perdido, al menos no cuando lo encuentra.

miércoles, 6 de junio de 2012

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"Cambio"

Cambio. (Change) Una palabra imponente. Y eso que la palabra en sí no refleja ni una centésima parte del significado que encierra.




*Esta imagen no es mía. La he sacado de una red social y a saber de quién es. Mía no. Pero me encanta.

martes, 5 de junio de 2012

Lágrimas

Con el tiempo había cambiado. Había aprendido cosas nuevas, había tenido errores y ahora era más vieja, más sabia. Podría decirse que abundaban los buenos momentos. Podría decirse que ahora las cosas resultaban más fáciles. Podría decirse que era más feliz.
Pero también era verdad que ahora lloraba mucho más que antes.



Sus lágrimas esperaban deseosas a notar su corazón cargado de humedad y resbalaban por su mejilla, como el rocío por los pétalos de una violeta solitaria en mitad de un jardín olvidado.
Su vida le pesaba a veces, pero seguía adelante. Dicen que el sol siempre sale, y cura las heridas secando los charcos que nos inundan de tristeza y melancolía.